Los propios jugadores y socios tenían que pintar las líneas del campo y llevar las porterías para clavarlas en el suelo. El campo estaba sin vallar, equipaciones atletico de madrid 2023 pero rodeado de una profunda zanja para evitar que las carretas de bueyes del barrio del Ciego convirtiesen el lugar en un vertedero. Junto al frontón se encontraba la casa de la señora María y su hijo Casimiro, que dejaban una habitación para hacer de caseta arbitral, camiseta atletico de madrid y también facilitaban una tinaja con agua para que los jugadores se pudiesen asear.
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